¿Como es posible que alguien que no te ha importado en absoluto de repente pase a ser algo muy importante dentro de ti? ¿En serio nunca te has hecho esa pregunta? Las cosas pasan por alguna razón, nadie sabe porqué ni si hay alguien que ha predestinado nuestro destino ya. Hay gente que no cree en el destino, pero yo no soy de esos. Si he conocido a alguien ha sido por alguna razón, si me gustan las ciencias en vez de las letras es por otra razón y así sucesivamente hasta que llegamos al momento de nuestra vida en el que nos percatamos del porqué de haber hecho tales cosas y de haber ido descartando algunas opciones para poder escoger otras.
Lo que me ronda hoy por la cabeza es como unos desconocidos ahora son para mi como una segunda familia. Está claro que poca gente puede entender como les he podido coger tanto cariño en dos semanas pero es que realmente, si te paras a pensar un poco, estas dos semanas para mi han sido diferentes, poco monótonas, divertidas, he conocido a gente, han sucedido cosas que no podría haberme imaginado antes de llegar a esa casa...han pasado tantas cosas que ni si quiera me puedo acordar de todas ellas ahora mismo. Solo se que ha sido un buen viaje y que solo voy a volver para verlos a ellos. Para mi ya son algo importante y es difícil que alguien signifique de verdad algo para mi y más así, de buenas a primeras.
Al principio estaba asustada, para qué mentir, muuuuy asustada. Ella me dijo que estaríamos bien y claro está, llevaba razón. Los echo de menos y he llorado mucho. En cuanto subes a un avión para decir adiós a las personas y a un sitio que ha sido para ti un nuevo comienzo, un hogar, te das cuenta de que realmente ha valido la pena hacer este viaje.